
Hoy vi un capítulo de la serie televisiva
Cuéntame cómo pasó (serie española que aborda desde la perspectiva de un niño, la época de los 60 y 70, hasta ahorita, en España. Los últimos años del franquismo vistos por un niño y una familia de clase media que vive en Madrid), la serie es una de mis favoritas, mis amigos españoles deben saber muy bien de qué hablo. He seguido el programa desde la primera temporada, lo descubrí por cosa del destino y desde el instante que abordé ese capítulo del “Pavo” no pude desprenderme de ella. Hay muchas razones exteriores por las cuales la serie me es muy familiar; razones familiares, amorosas, amistosas e idealistas, pero hoy en especial (como ha pasado en varias ocasiones) me conmovió de manera absoluta. Carlos Alcántara (Carlitos, el hijo menor de la familia Alcántara, protagonista de la serie) tenía que leer un poema para Franco en una emisión de radio, uno de esos poemas espantosos en los que ensalzaban la figura de Franco y lo colocaban al nivel de santo y hasta Dios. Tony, el hermano mayor de Carlitos (en la escena) entra a la recámara y encuentra a Carlitos declamando ese horrible poema (Tony es un joven que obviamente repudia el régimen en el cual vive y lucha contra el franquismo, desde sus alcances, claro está) y con una sonrisita entre pícara y sensata pega una hoja arrugada en la puerta, Carlitos pregunta que qué es eso y Tony responde que es un poema de Antonio Machado que le escribió a Federico García Lorca, el cual estaba prohibido por obvias razones; Carlitos comienza a leer los primero versos y termina la escena.
En la siguiente escena aparece Carlitos en la emisión de radio, Tony sentado en las butacas, el director de la escuela de Carlitos y una comitiva de gente prestigiada partidaria del régimen franquista. Es el turno de Carlitos Alcántara, pasa al podium y saca una hoja arrugada y comienza a leer:
I
EL CRIMEN
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico.
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-.
...Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada...
Antonio Machado
Carlos (ese Carlitos que ha dado un paso enorme de transición) da un giro enorme a la emisión de radio y la suspenden. Sin lugar a dudas ha sido uno de los capítulos más conmovedores que he visto. La serie tiene ese toque sutil, pero avasallador que le remueve a uno las tripas y hace que se entuma el corazón. Confieso (por muy ridículo que parezca o no) que lloré profundamente.
Creo, sin lugar a dudas, que es una de las joyas de la televisión actual (en general y miren que casi todo en la televisión es una reverenda mierda); además de estar muy bien realizada y con un toque sumamente fino y bien trabajado. La serie la transmiten en este momento en TVE los jueves a las 10:00 pm, hora Madrid y a las 7:00 pm, hora México, estas emisiones son de la quinta temporada. Y en México transmiten la cuarta temporada los domingos a las 9:00 pm, en el Canal 22. Altamente recomendada.
Y sin más por el momento, me queda decir:
¡Viva la República!
Lirva


A treinta y siete años de la brutal matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, la gente sigue marchando y gritando ¡Basta! o ¡Venceremos!; las diferentes vertientes de las marchas conmemorativas divagan entre consignas y reclamos de compañeros del CGH, grupos dirigentes de obreros y campesinos, y por estos últimos años, hasta contingentes de chicos y chicas que piden respeto a la diversidad sexual.
No voy a emitir un discurso sobre mantener la memoria intacta, de aquel día, que no olvidemos lo que sucedió aquella tarde en La Plaza de las Tres Culturas, ya que, se ha dicho hasta el cansancio que ¡2 de octubre no se olvida! Pero la gente sigue sin recordar, la conciencia histórica mexicana es nula, la memoria inexistente. Los mexicanos creemos que con ir a una marcha una vez al año, la libramos y tenemos una consciencia social y la contraparte es quedarse sentado viendo TV sin inmutarse, eso hace a unos buenos ciudadanos (conscientes) y a otros malos ciudadanos (moderados e inconscientes).
Recrimino lo que sucedió aquel día, un brutal y bien organizado asesinato, no sólo de jóvenes estudiantes, también mujeres, niños, padres de familia, ancianos, gente en común. No debemos olvidar que sucesos como esos, causan una ruptura casi irreparable en la sociedad. Una ruptura que llevan a una sociedad gris, señalada y decadente. Los mandatarios son la misma bola de incompetentes e ineptos, los cuales (creo) no tendrían alguna contemplación en mandar a una sarta de sicarios a callar voces. “El león es sanguinario en toda generación”.
Claro está, que México ha olvidado, aquel uso de la fuerza armada se ha seguido repitiendo incontables veces, por eso, está una Guerra sucia, un
Aguas Blancas, un
Acteal,
un violento desalojo de La Universidad (UNAM) en 2000 por parte de la “policía” (grupo militar disfrazado de gris y con nombre de PFP, la misma gata revolcada). El asesinato de Digna Ochoa, tantas voces silenciadas.
Es terriblemente triste e indignante que los mandatarios actuales se pasan la bolita unos a otros, Luis Echeverría fue eximido (ese asqueroso asesino) hace como un mes, a estas alturas vemos que las cosas no han cambiado, que tan sólo, los mismos, sólo cambian de nombre y apariencia. Carlos Salinas de pavonea sin ninguna culpa, el narcotráfico ya demostró que es el que manda, tanta mierda, que sigue y sigue, pese a 37 años de aquel trágico capítulo en la historia del país, y me arriesgo a decir que en la historia del mundo.
No se olvide la vida, el respeto, la diversidad, la consciencia, la lucha, la Libertad.
LIRVA