Yo sólo quise ser yo
Sobrepeso en el tren
Ligera espuma de alquitrán
Quisiera ser un caballo desbocado
Las nubes sin espasmos beber
Sobrepeso en la alacena
El gato roe la última herida vespertina
El breve suspiro entra debajo de la puerta
Fotografiar las sillas de la cocina
Sobrepeso en el pavimento
Las luces de la ciudad sin asientos
El perro desnutrido
Me ofrece migaja asesina
Yo sólo quise ser yo
Sobrepeso en el espejo
Me dibujo las ojeras
Los clavos
Los muertos
Espasmo que tiene momento
En un sueño
Deletreo el nombre del ser
Milagro y materia
Tormenta
El vibrar entre las escaleras
Fatigado el color
Del ser sin tierra
Sobrepeso en el verso
Rapiña clandestina
Telúrica voz
El té de la abuela
En memoria me muero
Yo sólo quise ser yo
Todo lívido
Todo rezo y toda mentira
Labriego ciego
Todo celo
Toda lira
Y aspaviento
Sobrepeso el tiempo
Lamento estrecho
Escupe tus horas
Como yo escupo
Lo eterno
Y soy el ser enfermo
Eunuco febril
Recuerdo la flama
El veneno, el reflejo
He sido tantos momentos
Debajo de la rambla
Enrollado
Desterrado
Y me escapo por las ranuras
Quise ser yo
Todo elemento
Soy
Toda mengua
Toda rareza
Pero en campo y viento
Soy todo eco
El exceso de epígrafes enmudece al texto.
Imaginas un espejo roto en cientos de pedazos, todos regados en la alfombra turquesa que tu madre decidió que era el color que mejor iba con tu personalidad... La narración se detiene justo en este instante y pasamos a otra cosa.
Imaginas un trozo de panqué enmohecido que reposa en tu mesita de lectura. Un gusano inquilino que vive en el panqué te hace una reverencia mortuoria y decide ir a descansar. Decides que el gusano es el mejor comediante de la historia y te ríes desesperadamente. Un trozo de torta de chorizo obstruye tu traquea. Intentas golpearte en la nuca, posteriormente en el estómago, pasas al pecho, te rindes y cruzas tus dedos levemente entumecidos... Deténgase, señor director de la orquesta.
Cuerdas y vientos al mismo tiempo.
Imaginas a la típica señora gorda que ronca en la ópera, ¿eso qué tiene de interesante?
Imaginas a Linda (es un personaje aleatorio, no la tomes muy en cuenta, es tuerta y escupe al hablar) leyendo un libro sobre el Pararrealismo, justo ha llegado a la página cincuenta y ocho, la descubres desorbitando su única mirada. Un café, por favor. Sigilosamente acaricia con devoción la página cincuenta y ocho, la hurga, la huele; anticipas que sería capaz de lamerla, pero no, decide desprender lentamente la página. No siente ninguna lastima por la página. Lee-desprende (que), “La Paradoja es tuerta por antonomasia.”
***
Temas de los cuales no puedo hablar:
1. Política, no por falta de conocimiento, sino por falta de frivolidad.
2. Amor: puras galimatías.
3. Religión: prefiero la caída en paracaídas.
SIN EMBARGO,
He regresado de las tierras veracruzanas. El viaje fue verdaderamente placentero y divertido. Igual y no quieren que les haga la crónica del viaje, pero ¿saben qué? No me importa (inserte sonido de órgano aquÍ... y un muahahahaha).
Viernes 8 de septiembre de 2006, por ahí de las 3:00 p.m., el Nobo me llama y me dice que salga para la terminal de autobuses (la Tapo). Que mejor nos vemos en el metro, estación San Lázaro y de ahí nos vamos a la terminal para comprar los boletos a Veracruz.
El mismo viernes, 5:30 p.m. Salimos el Nobo y yo rumbo a Veracruz. René nos esperaba allá.
El mismo viernes. En el camión pasaron tres pelis, yo no vi ninguna, me dormí, platiqué con el Nobo, me desesperé, etc.
El mismo viernes. Después de seis horas de viaje llegamos a Veracruz a las 11:30 p.m., le hablamos a René y nos vimos para cenar en el centro de Veracruz. La cena estuvo muy rica y yo inmensamente emocionada de ver a René y de estar en Veracruz.
Sábado 9 de septiembre de 2006, 2:00 a.m. El Nobo y yo nos fuimos al hotel localizado en el centro (nos hospedamos él y yo en el mismo hotel; Amparo, ese es el nombre del hotel). Nos dijimos buenas noches y nos fuimos a dormir.
El mismo sábado, 8:00 a.m. El Nobo y yo nos despertamos y fuimos a desayunar con René al café La Parroquia. Antes de eso caminamos tantito Jorge y yo por el malecón y vimos como un barco partía, (eso estuvo bien chido). Ya en el desayuno me dijeron que una de las tradiciones en ese café es pegar en el vaso con la cuchara para que te sirvan café o leche, entonces era todo un concierto en el café. Yo, obviamente me emocioné como loca y procedí a hacer lo propio, (Lirva con carita de profunda felicidad pegándole a sui vaso con una cuchara).
El mismo sábado. Fuimos al hotel donde estaba hospedado René. Se bañó y se puso bien guapo para la ceremonia de premiación. 12:20 p.m. Comienza la ceremonia de premiación, ya saben las palabras de los organizadores, le hicieron una breve entrevista a René, muchas felicitaciones, anunciaron a los ganadores en las categorías de poesía y relato. Posteriormente entregaron los premios y yo miré a René, con su cara de serenidad que a veces me llena de paz y otras veces me causa curiosidad, como recibió su premio y no soportaba tanta felicidad, tanto orgullo, tanta alegría. La neta estuvo muy chingón.
Luego le pidieron que leyera su cuento y lo leyó (se veía muy guapo).
Más adelante, los organizadores del evento invitaron a René (a todos los ganadores) a comer a un restaurante argentino. Yo por supuesto asistí a dicha comida, todo muy rico y abundante.
El mismo sábado, 4:00 p.m. Libres de cualquier compromiso formal, le hablamos al Nobo y fuimos por él. Yo insistí en que quería ir al mar y René y el Nobo tuvieron que comprarse un traje de baño (jijijijiji), yo obvio ya iba preparada para ese evento de ir a la playita. Legamos a la playa como a las seis de la tarde, el sol ya no quemaba tanto ni hacía tanto calor. René y yo nos metimos al mar, él me cuidó, pues yo no sé nada. Luego se metió con nosotros del Nobo y la estuvo bien chido. Jorge se comió unos camaroncitos, se tomó una chela, René y yo nos tomamos una agüita de coco y disfrutamos del paisaje. Fue una tarde verdaderamente hermosa. En la noche fuimos a cenar con la familia de René y luego nos dispusimos a buscar un bar o algo para emborracharnos. Llegamos a un bar bien extraño, yo elegí el lugar y la verdad luego me arrepentí. Lo bueno fue que al final como que la cosa mejoró y se puso prendido el ambiente, pero optamos por irnos. Llegué al hotel y no podía dormir y me dio hambre. Salí a comprar algo a la tienda y un tipo me ofreció que si no quería ir a bailar con él, le dije que no, que mejor para la otra. Asusté al Nobo porque me salí sin avisar y no sabía donde andaba. Una disculpa de todo el corazón, Nobito.
Domingo 10 de septiembre. Desayunamos con René, nos despedimos, nos dijimos que nos veíamos en el D.F., besos y abrazos. Jorge y yo fuimos al mercado a las chácharas y me compre un abanico precioso y unos aretes de caracolitos, muy lindos. Tomamos el camión de las 3:15 p.m. y nos dirigimos a nuestras casitas. Gran parte del viaje no la pasamos dormidos, así que no se nos hizo tan cansado el trayecto.
Llegamos al D.F. a las 8:00 p.m. y fuimos a cenar con René. Después llegué a casa y dormí.
El viaje fue fantástico, el calor no fue nada piadoso, me puse bloqueador solar, así que ni parece que fui a la playa. Siento que este viaje nos unió más a todos. La comida y el paisaje fueron, por mucho, excelentes. Me divertí, me cansé muchísimo y la mera verdad estuvo poca madre todo.
¿Cómo ven?
Besos****
Como saben todos (eso espero), me voy a Veracruz a acompañar a René a recoger su Premio Sergio Pitol, que obtuvo por su relato ganador.
Este blog se queda a su disposición durante mi ausencia. Ya saben que pueden pasar por los bares, los restaurantes, hostales, parques, calles y callejones que sean de su agrado.
***
Para hacer menos dolorosa mi terrible ausencia, que sé a muchos les va a causar estragos, les dejo algo para que se entretengan: una confesión, una recomendación y una canción.
CONFESIÓN:
Últimamente he estado en crisis creativa, me muerdo las uñas (no de forma literal), camino y camino pensando equis cantidad de ideas que finalmente terminan siendo una basura. Es mi llamada “crisis del poeta” (sin provocar, herir susceptibilidades e insinuar algo más, que a cierto(s) lectores les causan problemas). Sí, ando perdida en lo profundo del océano buscando sirenas y algún que otro caballito de mar.
En mi pasada sesión del “aclamado” taller de poesía de
Me he dedicado a leer cosas muy interesantes, me han aprobado el tema de mi tesis y creo que va a ir por buen camino todo.
RECOMENDACIÓN:
Descubrí una de las lecturas que más me han cautivado, La repugnante historia de Clotario Demoniax, de Hugo Hiriart. El libro es un compendio de tres ensayos y cinco obras de teatro, que son maravillosas. Los ambientes son fantásticos e invadidos de una dosis de alucinógenos. La escritura pulcra, ingeniosa y extremadamente divertida.
No por nada les recomiendo que consigan este libro y lo lean, créanme que se la van a pasar como locos y locamente divertidos.
CANCIÓN:
Siempre es bueno condimentar la vida con una canción.
***
Les dejo miles de aleteos esparcidos por toda la ciudad, abrazos y besos azucarados como el pan dulce espolvoreado de azúcar****
Lirva
[ info ]
Soy hipocondriaca, soberbia, adicta a los lacteos, gemela de mi otra hermana, mi tipo de sangre lo desconozco, el teléfono me lo ahorraré, mal-vivo en una ciudad desolada, soy disque universitaria, no me defino como poeta maldita, sólo escribo frases cortas.
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