8/03/2006

AMLO, LA UTOPÍA DEL NUEVO SIGLO

He intentado rehusarme a escribir sobre política, no porque lo considere obsoleto, sino supongo que siempre he mantenido una postura muy firme sobre mis preferencias políticas; jamás he tambaleado o considerado cambiar de partido o de ideal. Creía que eso explicaba perfectamente que siempre he estado de lado de la justicia, de la legalidad, del respeto, la libertad y la igualdad, pero una vez más me doy cuenta que lo que uno (a) no puede hacer nunca es silenciarse, la palabra abre horizontes infinitos, también los mancha y los destruye, pero en este caso quiero gritar de forma pacífica mi visión del asunto.

Todo este asunto de desprestigiar a Andrés Manuel López Obrador no viene desde el pasado 2 de julio, es una batalla que tiene meses llevándose acabo. Los frentes los conocemos bien. Por el lado de la izquierda nos encontramos con Andrés Manuel López Obrador,

(Andrés Manuel López Obrador)


por el lado de la derecha ultra conservadora a Felipe Calderón y el “paladín” Roberto Madrazo, ya que tuvo la hazaña de no derramar ninguna lágrima ante la cámara después de su inminente derrota.

(Roberto Madrazo)




(Felipe Calderón)

La guerra sucia (no la podemos llamar de otra manera) que se ha llevado acabo en contra de AMLO no ha terminado. Ahora más que nunca, medios de comunicación de todo tipo: televisión, periódico, radio y hasta muchos blogs se han esmerado en ensuciar más la imagen de Andrés Manuel López Obrador. Denominan todos sus actos antidemocráticos, irresponsables, intolerantes y hasta de enfermo mental. Lo que creo es esto:

AMLO no será un hombre de infinitas virtudes, tiene defectos como todos los seres humanos, pero tiene una de las virtudes más grandes que puede tener la humanidad, tiene ganas de luchar, de pelear por lo que cree y eso lo voy a respetar toda la vida.

La clase privilegiada se ha quejado de todos los bloqueos que ha ocasionado el plantón propuesto por AMLO. La gente de automóviles caros no ha podido llegar a tiempo a sus labores, ya que ellos sí trabajan, no como la bola de vagos que están echados bajo una carpa defendiendo quién sabe qué cosas, obstruyendo el paso a la gente de bien y responsable, que prefiere hacerse a un lado y taparse los ojos. Confieso que estaba un poco desilusionada de mi país, pero el pasado domingo 30 de julio vi a un México orgulloso de pelear por su derecho al respeto de decisión, de igualdad y de justicia. La gente gritaba con una convicción que creía muerta.


Las revoluciones no se hacen en una mesa tomando café, no se pelea acostado en tu cama mirando el techo; tampoco quejándote con el vecino y no haciendo nada verdaderamente. Si Madero y Zapata se hubiesen preocupado por no importunar a la alta clase o Hidalgo y Morelos hubiesen pedido permiso de hacer una revuelta en la madrugada, un 15 de septiembre y despertar a todos los opresores a altas horas de la noche, México definitivamente estaría acabado.

(Miguel Hidalgo)

(Emiliano Zapata)

No nos sorprendamos, no es la primera vez que la ciudad se ve con tintes de esta magnitud. A lo largo de la historia han habido traidores, opresores, sanguinarios dictadores y despiadados cobardes, pero por fortuna también han habido héroes, hombres y mujeres suficientemente valientes para defender un ideal. Se ha derramado infinidad de sangre, para qué, para que gente como tú y como yo estemos aquí precisamente. AMLO no hace otra cosa que luchar, la justicia y la legalidad, pese a lo que se piense, no se ganan pacíficamente, no en un país donde hombres con trajes bien prendados y hambre de poder las obstruyen a toda costa.

AMLO representa a la mayoría, le pese a quien le pese, a los marginados, a los pobres que tienen hambre, que verdaderamente tienen hambre, a los maestros con sus sueldos mediocres, a los obreros y también a una diminuta clase privilegiada pensante, de la cual estoy muy orgullosa. Por qué digo la mayoría, porque en México la mayoría es la gente pobre que quiere justicia y medios para poder sobrevivir.

Ahora bien, me encuentro con sorpresas como las de Carlos Monsiváis, sinceramente nunca he confiado mucho en la corrección política de este señor, al igual que tengo en poca estima al gremio intelectual, porque lo único que ha demostrado desde hace muchos años es sumarse a las lisonjas, el miedo y (disculpen) la falta de huevos para luchar. Ahora ellos han dejado al pueblo solo, los principales defensores de la libertad, privan a la razón y la inteligencia de una fluidez y congruencia necesarias en estos tiempos. Así como Carlos M. existen otros escritores arrepentidos de haber votado por AMLO, ya que viven aterrados de lo que un loco como López Obrador es capaz de hacer para destruir su estabilidad y pequeñez mental.

Defiendo lo que AMLO pide, lo defiendo porque creo que es lo justo y lo legal. No soy partidaria de un solo personaje o fanática de un líder, soy partidaria de la libertad y la utopía de un México mejor.





...sangro, lucho y pervivo.


Robertha Mayer

Érase una vez una ciudad...

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Robertha Mayer
Mi vieja ciudad

Soy hipocondriaca, soberbia, adicta a los lacteos, gemela de mi otra hermana, mi tipo de sangre lo desconozco, el teléfono me lo ahorraré, mal-vivo en una ciudad desolada, soy disque universitaria, no me defino como poeta maldita, sólo escribo frases cortas.


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